La eliminatoria llegaba al Atanasio Girardot ligeramente decantada a favor de Atlético Nacional gracias al 1-1 que cosecharon hace un par de semanas en Paraguay. El actual campeón de la Copa Libertadores no solo era favorito por resultado, si no también por calidad de plantilla y versatilidad de juego. Además, la estadística estaba de su parte pues llevaban 13 partidos invictos como locales en competición continental.
El club Cerro Porteño estaba obligado a anotar como visitante para poder pasar de ronda, algo necesario para la institución pues han caído eliminados las 7 veces que han jugado las semifinales de la Copa Libertadores y de la Copa Sudamericana.
Atlético Nacional planteó un 4-2-3-1 que en ataque siempre mantenía a Arias o a Nieto en campo propio (o cerca) para minimizar el riesgo de contragolpe. Los laterales daban la amplitud por bandas que les quitaba la movilidad interior de Ibargüen y Macnelly o Berrío, que intercambiaban bastante su posición. La sanción del goleador Miguel Ángel Borja fue suplida por Ezequiel Rescaldani.
Cerro Porteño salió con un 4-1-4-1 que buscaba presionar la salida de balón cafetera pero si tal presión no surtía efecto, los once replegaban en campo propio. En ataque los extremos buscaban explotar las bandas vista las debilidades defensivas de los laterales locales.
Los paraguayos llegaban a Medellín con todo el plantel disponible. Por su parte, el verde contaba con la baja del goleador Miguel Borja.
Atlético Nacional comenzó buscando enfriar el encuentro en base a la posesión. Macnelly Torres con mucha libertad se movía por todo el frente del ataque y siempre estaba disponible para recibir pase de sus compañeros y dar continuidad al juego. El plan ideado por Reynaldo Rueda fue un éxito durante la primera mitad pues se jugaba más cerca de la meta paraguaya que de la colombiana, y todo con un ritmo muy lento que no solo minimizaba, si no que eliminaba el error.
Cerro Porteño solo lograba inquietar a balón parado y cuando salía a la contra con un incisivo Cecilio Domínguez. Quizás le faltó ser menos rígidos ofensivamente y dar más vuelo a los laterales para ser más agresivo en la búsqueda de la meta rival pues con el 0-0 de la ida recibir un gol tampoco era un drama ya que igualmente necesitaban anotar para pasar.
Tras el descanso, el partido parecía que se iba a mantener el guión de la primera mitad y el ritmo que tan poco propiciaba que ocurriera algo en las cercanías de las áreas de Armani y Silva. Pero Florentín buscó subir líneas y dar libertad a los laterales propiciando que el partido se abriera y se produjeran acercamientos a ambas áreas, aunque es cierto que se debían más a chispazos puntuales que a buenas jugadas colectivas. El conjunto verdolaga no trató de rehuir de este tipo de encuentro, sino que se ajustó al guion y tuvo bastantes más acercamientos que sus rivales. Reinaldo Rueda tomó el envite del intercambio de golpes y metió a Alejandro Guerra por Juan Nieto, sacrificó posicionamiento y trabajo por regate y creatividad.
Cerro Porteño estuvo más cerca de sacar algo positivo del encuentro cuando estaba cerrado que cuando se abrió.
Este cambio de planteamiento propició una segunda mitad más entretenida pero con idéntico resultado a la primera, quitando un mano a mano de cada equipo, el gol no estuvo cerca de llegar y si caía parecía más propicio que fuera convertido por el conjunto verdolaga. A Cerro Porteño le faltó algo más de calidad en el medio para generar ocasiones claras y así poder inquietar el área de Armani.
Con esta clasificación, Atlético Nacional se convirtió en el segundo club que juega en el mismo año la final de la Copa Libertadores y de la Copa Sudamericana. De ganar a Chapecoense, la Recopa Sudamericada la jugarían los colombianos ante el vencedor de un playoff entre brasileños e Independiente del Valle (Subcampeón de la Copa Libertadores).
El conjunto paraguayo ha jugado 8 semifinales entre Copa Libertadores y Copa Sudamericana y nunca ha superado esta ronda.
La posesión fue claramente para el equipo local. Esta superioridad se acrecentó más en la primera mitad pues en la segunda Cerro Porteño propuso un partido de ida y vuelta aceptando Atlético Nacional este guión.
El dominio fue claramente del conjunto colombiano. En la primera parte lograron que no ocurriera absolutamente nada gracias a un ritmo que rozaba la parsimonia. En la segunda mitad también dominaron el ida y vuelta.
Estadísticas del encuentro:
La imagen del partido:
Foto: Gal Schweizer/STR